El Estado mexicano surge de una Revolución, y como tal, su creación, sentido y existencia se decidió en la interpretación de ese acontecimiento. Tanto el Estado y la nación mexicanos se instauraron concibiéndolos desde diferentes ideologías e intereses como el proyecto surgido de esa revolución. En este espacio registraremos la investigacion de esas diversas perspectivas ideológicas, culturales e imaginarias.

lunes, 8 de abril de 2013

Trotsky, Breton y Rivera; cuando la revolución y el arte confluyen. Muralismo, Surrealismo y revolución.

David Rodrigo García

Elementos generales de la interpretación marxista de Trotsky sobre el arte y la cultura.
Una aproximación desde el marxismo al concepto de cultura
La producción y reproducción de la sociedad humana, que transforma a la naturaleza, crea cultura. Bolívar Echeverría señaló que la cultura es el resultado de un proceso dialéctico entre lo social humano y lo natural[1].  León Trotsky nos ofrece una definición que coincide con esta perspectiva de raigambre marxista:

Cultura es todo lo que ha sido creado, construido, aprendido, conquistado por el hombre en el curso de su Historia, a diferencia de lo que ha recibido de la Naturaleza, incluyendo la propia historia natural del hombre como especie animal. La ciencia que   estudia al hombre como producto de la evolución animal se llama antropología(…) Cuando hablamos de la cultura acumulada por las generaciones pasadas pensamos fundamentalmente en sus logros materiales, en la forma de los instrumentos, en la maquinaria, en los edificios, en los monumentos... ¿Es esto cultura? Desde luego son las formas materiales en las que se ha ido depositando la cultura -cultura material-. Ella es la que crea, sobre las bases proporcionadas por la Naturaleza, el marco fundamental de nuestras vidas, nuestra vida cotidiana, nuestro trabajo creativo. Pero la parte más preciosa de la cultura es la que se deposita en la propia conciencia humana, los métodos, costumbres, habilidades adquiridas y desarrolladas a partir de la cultura material preexistente y que, a la vez que son resultado suyo, la enriquecen[2].

La cultura consiste, según Trotsky, en la objetivación de las relaciones sociales (objetivación que se expresa de infinitas forma y contenidos: herramientas, vivienda, vestido, comida, sexo, artesanías, rituales, música, fiestas, formas de pensar, formas concretas de subjetividad, mitos, etc.) y el reflejo dialéctico de este proceso en la subjetividad. La transformación cultural de la naturaleza (que se diferencia de la transformación instintiva de los topos) crea cultura material, y una cultura espiritual como su expresión social subjetiva, la transformación social de la naturaleza crea un medio social que subsume a la naturaleza y crea una realidad con una dinámica y leyes propias, ésta nueva realidad social no está determinada por las leyes biológicas o puramente naturales.

El “Nacionalismo Revolucionario” Cardenista


Martha Sánchez Dettmer

El propósito de este documento es el abordar algunos aspectos, a mi juicio, básicos para aproximarnos a lo que se ha llamado “el nacionalismo revolucionario” cardenista y los elementos que se conjugaron  para  colocar al estadista, en el imaginario nacional, como el líder popular que logró “la emancipación económica de la nación”.
 Aunque en realidad este gobierno  conseguirá  a través de una audaz política de masas, lo que sus antecesores ya habían intentado, desactivar a los grupos populares e incorporarlos al partido oficial y al estado.
La consolidación de un Estado nacional sólido en torno a un partido oficial y a la figura de un poder ejecutivo fuerte, permitirán a sus sucesores, estructurar las políticas pertinentes para dar impulso a la acumulación de capital en México vía la inversión extranjera, la apertura económica y comercial.
El populismo cardenista  trazará entre sus objetivos, el asumir el liderazgo de las reivindicaciones de las clases oprimidas. Uno de los ejes de su proyecto, más allá de los manifestados discursivamente,   lo constituyó la incorporación de los grupos indígenas a la nación mexicana.
 Otro tema a tratar en  este texto y que está estrechamente relacionado con la integración del indio a la nación mexicana, como parte del proyecto del estado nacional, es el establecimiento del Instituto Lingüístico de Verano en México en el año de 1935.



La Política y la Filosofía esteticista de José Vasconcelos: una síntesis del proyecto educativo, latinoamericano y de Nación.

Luis Veloz


Lo hacemos saber a todo el mundo: la Universidad de México
va a estudiar un proyecto de ley para la educación intensa, rápida,
efectiva de todos los hijos de México. Que todo aquel que tenga una
idea nos la participe; que todo el que tenga su grano de arena lo aporte.

José Vasconcelos

Introducción

Sin duda, uno de los personajes más importantes para comprender la configuración de la nación mexicana, así como sus imaginarios, es José Vasconcelos. Es innegable que su obra política y filosófica, además de ser basta o voluminosa, al igual se halla demarcada por dos momentos de importante trascendencia tanto para México como para Latinoamérica, a saber: 1) el proyecto educativo nacional (llevado a cabo en tiempos de Revolución), y 2) la idea de la raza latina como oposición a la supremacía de los Estados Unidos. El trabajo que presento a continuación, está enfocado a discernir, de manera breve, el papel que juega la política educativa y la filosofía esteticista de Vasconcelos en el marco histórico-social del pasado siglo XX, y mostrar así, los puntos de contacto que podemos hallar colindando en un lado y en otro.             


I- Breve escarceo histórico en torno a la vida y obra de José Vasconcelos. 

Para el objetivo ya expuesto, antes que nada me gustaría orientar esta primera parte al acercamiento del contexto histórico en el que vive y piensa José Vasconcelos. Hegel nos recordó en la Filosofía del derecho y las Lecciones sobre la filosofía de la historia universal[1], que todo hombre es un hijo de su tiempo, dicho en otras palabras, todo hombre está inmerso, en su carácter de existente, en una circunstancia y en un momento histórico determinado que permite que afloren sus ideas. Siguiendo esto como guía, empecemos nuestro escrito con lo siguiente.   



lunes, 8 de octubre de 2012

Fuentes del liberalismo en México



Orlando Ruedas Mendoza


Este trabajo forma parte del proyecto de investigación que realizo dentro del Programa de posgrado para obtener el grado de Doctor en Filosofía bajo la tutoría del Dr. Ambrosio Velasco Gómez, cuyo eje principal gira en torno de la polémica sobre la nación entre el liberalismo republicano y el liberalismo conservador en México a finales del siglo XIX.

Aquí me proponga analizar brevemente las primeras expresiones liberales en México y de ubicarlas en un contexto general. El objeto de este trabajo será, una vez que concluya mi investigación en torno al pensamiento de José María Vigil, estar en posibilidad de confrontar las diferentes posturas del liberalismo en México ubicándolas en sus respectivas tradiciones.

La doctrina positivista influyó determinantemente en el discurso de una facción del grupo liberal y, asimismo, profundizó las diferencias con los defensores del liberalismo clásico. La primera se obcecó en defender su filiación al positivismo endémico porque resultaba idóneo a sus intereses de grupo, mientras que la segunda se ocupó de defender el liberalismo clásico y refrendó su vocación republicana y democrática.

jueves, 13 de septiembre de 2012

El nacionalismo criollo novohispano


Roberto I. Rodríguez Soriano

El nacionalismo que construyeron y desarrollaron los criollos novohispanos a lo largo de siglos tuvo gran repercusión e influencia en la fundamentación política que asumieron éstos en el siglo XIX al hablar de la independencia política. Conceptos políticos clave utilizados en su argumentación independentista, como los de soberanía, de igualdad y de libertad, estuvieron estrechamente vinculados a la idea de nación que asumieron en el proceso de conformación de su identidad en interrelación con los demás grupos étnicos que convivían en la Nueva España: españoles, indios, mestizos, mulatos y demás castas.


La estructuración de esta identidad, que desembocaría en un movimiento político y en la conformación de un estado moderno, conceptualizó toda una serie de elementos y características culturales y sociales que marcaron pautas que regirían las dinámicas identitarias (sociales, políticas y económicas) del estado nación moderno mexicano.

A mi juicio, muchos de imaginarios culturales y sociales conceptualizados en este periodo histórico, que claramente estaban determinados por intereses económicos y políticos particulares del sector criollo, en lo esencial siguen vigentes a pesar de los sucesos históricos nacionales que han acontecido hasta la actualidad. Tal vez los actores y las formas de sus interacciones han cambiado, pero, juzgo que en la base de esas interrelaciones siguen estando vigentes los imaginarios culturales y sociales conformados por el movimiento criollo novohispano.


La conceptualización de la nación que realizaron los criollos comienza a conformarse a través de una reivindicación cultural que adopta el nombre de “mexicana”. Una denominación que los separa étnicamente de los españoles y de los indios (contemporáneos). La nación mexicana se asumía como el resultado de un proceso histórico que le daba su justificación de ser. De allí que uno este punto central del nacionalismo cultural criollo se basaba en el estudio del desarrollo histórico. Una revisión histórica que mostraba las capacidades y el potencial cultural de las tierras americanas en general y de la Nueva España en particular. 

Para aproximarme a las ideas de nación y nacionalismo en primer lugar expondré algunos conceptos teóricos que permitirían reflexionar sobre el caso concreto del nacionalismo criollo novohispano. 



jueves, 3 de mayo de 2012

Tequila: símbolo, patrimonio e imaginario mexicano


Liliana López Levi


Para integrar a población diversa en un territorio nacional se requiere darle sentido a la unión, crear elementos comunes e identidades. Para ello, son útiles los símbolos que le dan sentido a la amalgama, a la asociación de los grupos diversos. Para configurar el imaginario mexicano se crearon en primera instancia símbolos patrios. Con paso del tiempo, se fueron uniendo otros elementos entre los que podemos mencionar atuendos, canciones, platillos, bebidas e incluso elementos del paisaje. En fin, una serie de cosas que por todo el mundo se identifican con México.

En particular el Tequila es una bebida, que desde mediados del siglo XX se posicionó como  uno de los símbolos más importantes de la mexicanidad. A ello contribuyeron la época de oro del cine nacional, de la radio y la canción mexicana, así como un periodo en el que los gobiernos dedicaron grandes esfuerzos en construir una ideología nacionalista.

La bebida se llama Tequila, en honor a su lugar de origen, un pueblo de Jalisco donde se establecieron muchas empresas destiladoras. Sin embargo, el territorio involucrado es más amplio, se trata de la zona donde se produce el agave azul. Se trata de la región donde se reconoce la denominación de origen, donde el paisaje agavero se ha convertido en patrimonio de la humanidad y donde se han establecido rutas turísticas. La bebida y la región han servido y acompañado a los impulsores del desarrollo y del progreso, desde los tiempos del discurso nacionalista hasta el actual que coloca al turismo como estrategia prioritaria a nivel nacional para generar crecimiento económico y bienestar social.


El presente trabajo se enfoca en el caso del Tequila, la bebida y de Tequila, la región y el pueblo, para analizar la forma en que un símbolo de lo mexicano se vuelve territorio y es posteriormente utilizado para beneficio de unos cuantos. Con base en ello, se hace una reflexión sobre el uso político, económico y cultural del imaginario de lo mexicano para la justificación de prácticas sociales, que en concordancia con el sistema capitalista, producen exclusión y siguen la lógica del consumo.


martes, 10 de abril de 2012

El exilio incómodo; México y los refugiados judíos, 1933-1945. Daniela Gleizer



Gleizer Daniela; El exilio incómodo; México y los refugiados judíos, 1933-1945. El Colegio de México y la UAM-Cuajimalpa, México 2011.


INTRODUCCIÓN:

I: Hace ya muchos años me topé en el Archivo de la Secretaría de Relacio­nes Exteriores con una circular confidencial emitida por la Secretaría de Gobernación en abril de 1934 que prohibía, entre muchas otras, la inmigración judía a México, y que estuvo vigente hasta mediados del régimen de Lázaro Cárdenas, cuando fue sustituida por otras disposiciones que, en la práctica, le dieron continuidad. Este libro es resultado, en buena medi­da, del intento por comprender dicha prohibición en el contexto interno -- del cardenismo —-y su generosidad ante el exilio español republicano— y en el escenario del nazismo, cuando la búsqueda de refugio se convirtió para gran parte del pueblo judío en la única posibilidad de supervivencia.